Rosalía lo ha vuelto a hacer. LUX, su nuevo disco, no solo ha encendido las redes: ha demostrado que el arte y el vino pueden respirar el mismo aire si se entienden desde la autenticidad. Porque mientras algunos aún creen que conectar el vino con los jóvenes pasa por poner a un señor con traje diciendo “¡qué guay es este tempranillo!”, Rosalía, C. Tangana o incluso Duki han entendido la verdadera sinergia: el vino no necesita un anuncio, necesita una historia.
Cuando la música y el vino hablan el mismo idioma
Cuando C. Tangana cantó Cabernet Sauvignon o Duki mencionó el Malbec, no estaban intentando vender una botella. Estaban construyendo un imaginario: el del vino como símbolo de emoción, deseo, vulnerabilidad o incluso poder. Y ahora, con LUX, Rosalía eleva esa narrativa hacia algo más sensorial, más espiritual, más… vinífero (aunque no lo diga literalmente). Porque el vino también es eso: atmósfera, estética, una forma de mirar y sentir el mundo.
La publicidad del vino se ha quedado en los 2000
Lo irónico es que, mientras artistas como ellos logran que una generación entera vea el vino como algo cool, los anuncios oficiales del sector siguen estancados en los años 2000. Basta con ver la campaña “Di Vino” (sí, esa joya que aparece cada vez que intentas ver una serie en Prime Video). Una avalancha de topicazos, planos sin alma y una voz en off que parece sacada de un PowerPoint de cata institucional. Es el ejemplo perfecto de cómo no hablar de vino si quieres acercarte a alguien menor de 50.
El vino también puede ser parte de su universo
Porque la gente joven no necesita que le expliquen lo que es “molar”. Lo que quieren es sentir que el vino también puede formar parte de su universo cultural , el mismo donde suenan Rosalía, Duki o Tangana, Bizarrap o alguno de estos iconos de las nuevas generaciones. Donde la copa de vino esta unida a diversión a disfrute y no a lujo y caspa.
El futuro del vino pasa más por una playlist de Spotify que por un spot en televisión.
No se han enterado todavía que lo de los anuncios en la TV están ya en extinción y que la manera de conectar hoy con las nuevas generaciones son otras. Y si alguien no lo entiende, que escuche LUX con una copa de Sauvignon Blanc bien frío. Igual ahí lo pilla. Hostie ya!!!
