Hace un par de meses hicimos una escapada familiar a Gerona. Nos alojamos en el Double Tree by Hilton y nuestra primera cita gastronómica la tuvimos con La Caléndula.
Hubo tiempo para tomarnos un helado en Rocambolesc, cenar en Cal Music y tomamos los postres en la Pastelería Internacional que regentan las hermanas de Marc Jolí. Un fin de semana de lo más completito.
ROCAMBOLESC
Llegar hasta Rocambolesc es fácil. Si vas en coche, no podrás acceder hasta el centro pues es una zona peatonal, así que puedes dejarlo aparcado en un parking subterráneo (aquí podrás encontrar info sobre cómo puedes moverte por la ciudad).
La apariencia del local desde fuera es sobria, no es nada llamativa, si fueras un pelín despistada podrías pasar de largo sino fuera por las personas que puedes encontrar en la puerta haciéndose un selfie, helado en mano.
A pesar de la apariencia del interior recordando una de las películas de Tim Burton, Rocambolesc no es una heladería para niños. No encontrarás sabores clásicos pero sí aquellos con los que hacerte soñar con nombres tan largos como los platos de un restaurante de cocina creativa.
A parte de los detalles donde te imaginas que podrías perderte sinuosamente entre golosinas, caramelos y algodón de azúcar, la decoración del local es tan sólo la pared frontal que referencia a la famosa película de Charlie y la fábrica de chocolate, por los tubos rallados en blanco y rojo y las poleas que bien podríamos imaginar que podríamos tener a un ejército de Oompa’s Loompa’s preparando el helado que dice su web que es artesanal.
LOS HELADOS DE ROCAMBOLESC
Cuando entras, en la pared que encuentras a la izquierda, tiene a la vista unas estanterías donde reposan una tarrinas vacías con el logo del local y unos carteles informativos de los sabores que te puedes llevar a casa. Sí, has leído bien, éstos sabores sólo para llevar a casa. Una lástima, porque podrían dar mucho más juego a la hora de elegir sabores.
Un mostrador te enseña los toppings que puedes poner encima de tu helado. Su oferta te propone en cuatro sabores (dos fijos y dos que pueden ir variando dependiendo de la temporada). Cada uno tiene asociado un topping pero puedes elegirlo al gusto. Nosotros cogimos dos diferentes para probar: Manzana al horno con dados de manzana pochada y petazetas de chocolate y, el segundo de violetas y coco.
Sobre el helado, eso que salga a modo de soft cream de una máquina de helado de feria (como el que solíamos comernos cuando éramos adolescentes), pues puede estar muy bien cuando no se trata de la heladería de Jordi Roca, el pastelero del mejor restaurante del mundo.
Nuestra percepción es que el helado es cremoso, suave pero nos pareció un helado comercial. No es lo que esperábamos.
Una puesta en escena, ese sabor que hace que llegues a pensar y decir entre susurros con palabras llenas de placer: «Ummm… esto es fantástico. Necesito volver y probarlos todos, porque están de muerte». En el caso de Rocambolesc, no lo consiguió. Se quedó ahí. Es lo malo que tienen estas situaciones que, cuando vas con la idea preconcebida, te viene el bajón.
INFO ADICIONAL DE ROCAMBOLESC
La estética del local es correcta, esperaba un cartel luminoso en la puerta de entrada para saber diferenciarlo cuando pasas delante de él.
Además la luz interior, blanca no le da la vida que merece una heladería y mucho menos si se trata de la marca Jordi Roca.
Un aspecto que yo mejoraría es el servicio, sí ese que te recibe y que es el que representa a una marca como Rocambolesc.
El personal que te atiende, tendría que irradiar felicidad, buen rollo y buen servicio, porque en el precio, va todo incluido.
Precio tarrina pequeña: 3,25-3,75 euros, dependiendo si añades topping (el tamaño grande, un euro más)
Dirección: (Calle Santa Clara. 50 – Gerona – Página Web Rocambolesc)
Una pena que no haya mesas para tomarte el helado tranquilamente. Sobre todo si es verano. Gracias por tu opinión.