Este mes de septiembre, te escribo sobre las diferencias que hay entre las hierbas aromáticas y especias, siempre confundidas y adjudicadas como si se trataran de lo mismo y nada más lejos de la realidad. Anda, acompáñame en la lectura y te invito a conocerlas un poco más en profundidad.
UNA HISTORIA COMÚN
Tal vez seas de esos o esas para los que «todo el monte es orégano’ pero, aunque existen grandes similitudes, también existen graaaaandes diferencias.
Si empezamos desde el principio, ambas estaban ligadas con la magia, la curación y sanación y ¡oh! milagro… ¡el mantenimiento de los alimentos¡.
Especias habituales en nuestra cocina, como el clavo, la pimienta o la canela, valían su precio en oro ya que eran indispensables para el mantenimiento de los alimentos en momentos en los que nadie tenía un amigo en Balay, porque no existían los frigoríficos. Vamos, que hubo guerras, matanzas y trifulcas varias a lo largo de la historia por su culpa, culpita, culpa…
Cuando se avanzó en los sistemas de conservación y ya no fueron precisas para ese fin, se siguieron utilizando porque oye…, ese gustico que daban a las carnes y pescados no era cuestión de renunciar a él. Así que ya se diferenció el empleo de ambas claramente para su uso en cocina y en la medicina.
Y hasta aquí, su pasado común, porque diferentes, son un rato. Analicémoslas por separado.
HIERBAS AROMÁTICAS
Para diferenciarlas de las especias, podemos decir que proceden de las hojas de plantas herbáceas que carecen de troncos leñosos… piensa en el cilantro, la albahaca, hierbabuena, menta… usamos sus hojas para darle ese puntillo bueno a los platos.
En estos casos, su uso siempre se va a recomendar que sea lo más fresco posible, aunque podamos encontrarlas secas, ya que durante este proceso de secado, natural o artificial, muchas pierden su aroma y ven modificado su sabor, perdida que se prolonga y continua durante el tiempo de almacenamiento, de ahí, que si compramos hierbas aromáticas secas, pasemos de los botes del súper y optemos por las tiendas de venta a granel y nos las llevemos en pequeñas cantidades para tomarlas con el aroma lo más intacto posible.
ESPECIAS
Es fácil diferenciarlas de las hierbas aromáticas porque se obtienen de cualquier parte de la planta a excepción de las hojas. Así, podemos conseguirlas de la raíz, semillas e incluso, la corteza.
Otra diferencia con las hierbas es, que no se consumen frescas, si no que se prefieren secas, ya que las temperaturas alcanzadas durante el secado, producen un incremento de su aroma, lo mismo que el proceso de molido, que produce un ‘estrés’ a la especie que hace que aún se liberen más aromas. De ahí la importancia de moler muchas especias justo antes de su uso.
Entre las especias, encontraremos el azafrán, la pimienta, la canela, la mostaza, clavo, nuez moscada, anís y pimentón.
MÁS DIFERENCIAS ENTRE LAS HIERBAS AROMÁTICAS Y ESPECIAS
Ya hemos visto algunas de ellas, como su origen o las preferencias de su consumo, pero hay más:
- El clima de los orígenes de los que provienen: mientras que las hierbas suelen proceder de climas fríos y secos (hemos quedado que el calor les hacía perder aroma y las termina estropeando), las especias suelen provenir de regiones tropicales que se caracterizan por tener climas mucho más cálidos.
- Método de conservación adecuado: para conservar las hierbas, siempre será mejor su mantenimiento en frío, en un bote con agua en la nevera e incluso en forma de cubitos en el congelador, a diferencia de las especias, que deberán mantenerse en lugares secos y de temperatura constante.
- El precio: por último la diferencia que seguramente nos interesará más hoy en día, con el precio del gasoil, la electricidad y el gas por las nubes. Las hierbas suelen tener precios mucho más económicos debido a que su cultivo es mucho más sencillo (piensa en la cantidad de cocinas que cuentan con sus macetitas de hierbas), mientras que las especies tienen ciclos y cultivos más complejos.
Y tú ¿ya diferencias las hierbas aromáticas de las especias y sabes usarlas?
Déjanos darte algunas ideas:
Caballa en escabeche con clavo y otras especias
Crema fría de lentejas con curry
Timbales de brócoli con parmesano