Hace unas semanas, aprovechando que teníamos una cena con unos amigos, nos decidimos a reservar mesa en “El Vergel”, un restaurante situado en el casco antiguo de Tarragona que abrió hace unos meses y que aboga por ser el único vegano y vegetariano que tiene la ciudad, con cierto temor del final que tendría esa cena tan diferente a nuestra dieta diaria.
El local
El local en sí es agradable y está situado en un piso antiguo en plena calle Mayor de Tarragona. Decoración limpia y sencilla, sin nada destacable en los tres comedores que tienen y que, gratamente, estaban llenos.
La carta de El Vergel
Su menú es corto, a simple vista: 4 primeros, 4 segundos y 4 postres.
Si eres novel, como nosotros, y lo máximo que has oído hablar en cuanto a ese tipo de cocina es el ya famoso “tofu” o “seitán” , casi todo lo escrito en la carta fue un enigma muy difícil de resolver y sobretodo los primeros platos con nombres tipo “Sancocho caribeño de coco….” o “Dhal Makhani Masala de lentejas…”, por lo que fue casi necesario tener un máster para saber qué ibas a degustar.
Personalmente, eché de menos una breve descripción de la composición de cada plato o de su origen (el personal de sala era agradable, pero con tres comedores llenos no era oportuno pedirles que te hagan una disertación detallada de la composición de cada uno de los platos), así que fuimos a la aventura y como éramos 4 comensales: pedimos uno de cada y probamos entre nosotros.
En cuanto a los vinos, su carta ofrece una docena de ecológicos de la zona de los que probablemente no habíamos probado ninguno, así que cualquier elección tenía que ser la buena. Decidimos pedir sugerencia a la persona que atendía nuestra mesa, decantándonos por uno afrutado que resultó un Carlania blanco (80% Macabeo y 20% Trepat) de Barberà de la Conca. A nosotros no nos pareció tan afrutado, más bien algo fresco y seco, pero dimos buena cuenta de él.
Qué comimos
En general, estaban muy bien elaborados (o eso nos pareció porque en esto éramos vírgenes completamente) y fueron generosos en ración, hubo alguno que gustó más que otros, pero las sensaciones fueron realmente buenas.
Nos sorprendió que la mayoría de los platos tuvieran alguna “salsa” ya que para cenar, de entrada no es lo habitual, ya que intentas que sea algo más ligero y más si vas a un vegetariano. Nos parecieron platos como algo “más pesados”, ya que salvo una especie de sopa, el resto era tipo “potaje”. Insisto que nos parecieron en líneas generales muy ricos y con un punto picante que tenía su gracia.
En cuanto a los postres, el cupcake de cacao y café, en el qué habíamos puesto muchas expectativas: nos decepcionó tanto por el tamaño como por el sabor
y a la tarta de coco y mango: no supimos encontrarle la gracia.
Finalmente, el pastel de dulce de leche vegetal estaba muy esponjoso aunque era difícil detectar ese tan conocido gusto a dulce, pero fue este último el que más nos gustó a toda la mesa.
Cafés e infusiones
La carta dispone un apartado con diferentes zumos y cafés ecológicos, así como infinitas variedades de tés.
Si te decantas por ésta opción, te facilitan un reloj de arena para que calcules el tiempo preciso que debes esperar para que infusione y poder servírtelo (7 minutos para el elegido).
Tienes la posibilidad de tomar café con leche de avena o de soja y nada de sacarina ya que te ofrecen sirope de ágave (primera vez que lo oíamos en nuestras vidas) que resultó ser muy resultón.
Nuestra impresión
Hacen exceso hincapié en el tipo de restaurante que es El Vergel con pequeños detalles que no son para nada necesarios.
Por otro lado, suponemos que ahí radica su fundamentalismo por ser conocidos como el auténtico y único vegano de Tarraco.
El Vergel (Calle Mayor, 13 – 43003 Tarragona – Tel.: 877 06 48 50)
Precio viernes noche: 16 euros
Porfin un restaurante vegano en tarragona. El servicio muy atento i todo muy bueno.pienso volver
Este restaurante discrimina en función de lo que comas o des de comer a un bebé de tres meses. Yo no he visto un restaurante normal que te eche por pedir una ensalada en vez de un jamón de jabugo. Pateticos y miserables estos señores de El Vergel.