El Restaurante Alma de Temple está ubicado en pleno corazón de Valencia y enclavado en un muy respetado y exclusivo Hotel de Valencia (Caro Hotel), considerado como una de las joyas de la ciudad. No hay perdida, ya que está muy cerca de la Plaza de la Vírgen y de la Basílica, en una de sus callejuelas colaterales. Hasta allí nos llevó un compromiso familiar y, francamente acertaron.
El local
Está considerado como uno de los diez restaurantes más bonitos del mundo.
Tiene varios comedores, delimitados por dos murallas y un arco gótico que no impiden que la luz natural invada el espacio, sin perder ese toque íntimo del lugar que casa lo antiguo y lo moderno a la perfección.
La carta de Alma de Temple
No te puedo comentar la carta en general, porque íbamos con un menú cerrado que habían reservado nuestros acompañantes.
En cuanto a nuestro menú, echamos de menos, una minuta que nos fuera indicando qué plato íbamos a ir comer, ya que hubiéramos evitado tener que molestar al personal de sala continuamente para poder conocer con más detalle algo más de algunos platos. Buen servicio.
Los platos absolutamente minimalistas.
Nos obsequiaron con un mini aperitivo del que confabulamos durante un buen rato averiguar de qué se trataba hasta que resolvieron el misterio: Pan de maíz con tinta de calamar y mojama del que, aunque la presentación era llamativa, la mini rebanada enmascaraba el sabor de la mojama.
De los tres entrantes, dos de ellos eran a compartir. Destacaría el Jamón ibérico de bellota con helado de salmorejo, «espectacular” de sabor y de presentación, y que junto con el pan que nos sirvieron, nos hizo empezar la comida con ganas y altas expectativas.
Nos acompañó un cava valenciano de Requena, Brut Nature Vega Medien (80% Macabeo y 20% de Chardonnay) de Unión Vinícola del Este que resultó un acierto para el tipo de platos que estábamos tomando en el aperitivo. Muy rico.
El otro entrante a compartir fue la Ensalada de perdiz escabechada: buena, aunque es algo incómodo eso de ir pasándote el plato para servirse cada uno un poquito.
Vitello rosso de Black Angus con huevo a baja temperatura y cuscús de parmesano que fue sin duda el que personalmente menos me gustó, probablemente porqué la textura no me convenció.
Plato principal: Presa ibérica con curry verde. Cuando a uno le hablan de este tipo de platos, siempre lo asocia inconscientemente con una generosa porción de materia prima, pero en sintonía con el resto de platos, no fué del tamaño esperado sin restarle eso nada de originalidad a sabores tan diferentes pero tan perfectamente conjugados.
Y de postre una “mini testimonial” porción de Brownie con helado de horchata aún tíbio y del que todos los comensales con quien compartimos mesa, comentamos que nos comeríamos otro trocito igual de lo bueno que estaba y por lo escaso que nos había parecido.
Nuestra impresión
Platos novedosos y llenos de continuos contrastes, tanto en el local como en la comida. Las raciones nos parecieron cortas El servicio muy bueno.
Restaurante Alma del Temple (Almirante 14 – Valencia – Tel.: 963155287)