La Bretaña francesa no es solamente la imagen bucólica de los pueblos salidos del medievo. Bretaña es turismo y sinónimo de naturaleza salvaje, paisajes agrestes, playas de arena blanca (algunas nudistas), mareas inacabables y puestas de sol inolvidables, que se pueden contemplar desde los caminos costeros o los senderos de excursionismo que hay tierra adentro.
Hace un año viajé a Bretaña con mi familia. En aquella semana de vacaciones descubrí que aún existen parajes de ensueño con cielos estrellados y paisajes maravillosos en los que, simplemente, el tiempo se detiene. Una percepción que corroboré cuando visité la Abadía del Mont Saint-Michel que, aunque situada en Normandía, está a tan solo 4 kilómetros de Bretaña.
EL DESTINO ESTÁ EN NUESTRAS MANOS
Te confieso que el verano de 2016 fue diferente a los anteriores porque, en cierta manera, el destino nos eligió a nosotros. Tan solo un mes antes de partir, decidimos que iríamos allí donde encontrásemos alojamiento.
Viajamos a Francia, en este caso a la región de Bretaña, porque hallamos una casa rural situada en el interior del pueblo costero de Loctudy, en la que nada más llegar nos obsequiaron con mermelada de melón y una botella de sidra bretona de elaboración propia.
Un regalo que fue bien recibido por nuestra parte, porque representaba comenzar las vacaciones y finalizar el viaje en coche de 1.200 kilómetros, que son los que separan Loctudy de Barcelona, siguiendo la ruta que atraviesa por Toulouse, Burdeos y Nantes.
Este alojamiento fue el centro de operaciones perfecto para descubrir localidades tan bellas como Dinan, Saint-Malo, Quimperlé, Quimper, Pont-Aven o Concarneu y disfrutar, eso sí de la visión increíble de las mareas que, en pocas horas, hacen desaparecer las playas de arena blanca y aguas transparentes.
Son seis de los 1.250 municipios que conforman la región de Bretaña francesa, en la que habitan poco más de 3 millones de personas, y de los que encontraréis una vasta información en la Oficina de Turismo.
GASTRONOMÍA: CRÊPES Y GALETTES BRETONNES
Sin lugar a dudas el pescado, el marisco y las verduras conforman la gastronomía bretona, aunque, en esta región, los restaurantes que más abundan son las creperías.
¿Sabes qué diferencia una crêpe de una galette bretonne si tienen ingredientes similares?
Las primeras son dulces (rellenas de chocolate, azúcar, mermelada, miel, licor, helado…) y se degustan como postre, y las segundas, también denominadas crêpes de trigo sarraceno, son saladas (con setas, embutidos, verduras o quesos en su interior), y conforman el plato principal de la comida o de la cena.
Otra diferencia fundamental es que la crêpe se prepara con agua, harina de trigo blanco, huevos y mantequilla, mientras que la galette es de trigo sarraceno.
Las crêpes y las galettes son los dos platos más conocidos de la cocina bretona. Se pueden degustar acompañadas de una copa de Chouchen, un licor típico de origen celta elaborado a base de agua y miel fermentada, o bien de una taza (“bolée”) de sidra de Cornualles, que goza del distintivo de denominación de origen.
Ambas bebidas también son ideales para acompañar a dos clásicos de la repostería bretona, como son las galletas y los palets, elaborados con mantequilla salada y aroma de vainilla.
+ INFO DE INTERÉS DE LA BRETAÑA FRANCESA
Estoy segura de que ésta información te será de gran ayuda.
Turismo
Le Mont Saint Michel
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Transporte público
Itinerarios en bicicleta
Una maravilla la Bretaña! Ya hemos ido un par de veces y aún nos queda para volver una tercera, igual el verano del año que viene. Respecto a las aglomeraciones de Mont Sain Michel, lo mejor es llegar a las 8:30-9 de la mañana y así cuando tú sales llega la marabunta. Por cierto, la costa de granito rosa es una auténtica maravilla, por si vuelves por la zona. Saludos!
Ferran
Solo comentarte que en el Mont Saint-Michel casi me da una crisis de ansiedad por el agobio de gente. Tuve que marcharme porque allí no cabíamos literalmente. Es uno de los lugares de Europa con más congestión humana. Después de eso, Venecia me parecía el Sahara.
Desde entonces prefiero visitar los sitios usando horario español, cuando todo el mundo está ya cenando.