Si en casa preguntaras en alto, quién quiere comer pizza, comprobarías que a más de uno los ojos le hacen chiribitas y levanta la mano impaciente porque hoy puede ser un gran día. Suelen ser los más pequeños los que hacen gala de ese estado de alegría.
La pizza soluciona una cena cualquier día de la semana y es capaz de estar presente en las celebraciones con los amigos, sí, sí, esas tardes de fútbol, cumpleaños, despedidas o simplemente porque los viernes son días de pizza y no hay nada más que hablar.
Nosotros solemos preparar masa para una semana o dos dependiendo de las ganas y el tiempo que tengamos. Si quieres hacerlo así, puedes seguir los consejos de Rosa Ardá de Velocidad Cuchara que te enseñará como preparar y guardar las masas de pizza (tiene un gran blog de recetas con thermomix y sin ella).
Una vez tengas tu base de pizza preparada sólo faltará que le pongas esos ingredientes que te gustan o los que te quedan en la nevera, algunas veces pueden salir grandes sabores con ingredientes que no imaginarías que cuadraban. Si no tienes tiempo o te sientes que hoy no es el día, tira de congelador o nevera, la sacas de la caja o del envoltorio, precalientas el horno y «p’adentro».
La focaccia solemos comerla más bien de aperitivo cuando salimos a comer fuera y esperamos a que la ensalada, la pasta y/o la pizza llegue a nuestra mesa y eso sí, siempre acompañada de una cervecita. También se suele utilizar como pan aromatizado para acompañar a los platos.
En este momento, ya sabes de qué va el recopilatorio de hoy, ambas son los panes más famosos de Italia y cada una con su diferencia y he procurado pensar en aquellos que por intolerancia no aceptan algunos de los ingredientes.
Deliciosas!
Sí, la verdad es que hacéis unas cosas muy ricas.
Saludos,
Silvia
Muchas gracias por incluirme en un recopilatorio de tanto nivel. Un honor!. 😉
Gracias a ti por hacer cosas tan ricas y después publicarlas.
Un saludo,
Silvia