Random, restaurante madrileño situado cerca de la calle Santa Engracia, se provee de zona de oficinas para recibir todo tipo de clientes (desarrolla una interesante propuesta de afterwork y comidas de trabajo), pero también es un enclave importante para salir y relajarse los fines de semana.
EL LOCAL
Cuando lo visites te sorprenderá una ambientación muy cuidada, con aprovechamiento del espacio sin que la intimidad se vea comprometida. Un estilo elegante, pero desenfadado; sin duda la comodidad es su punto fuerte. Lleno de detalles, pero no por ello recargado ni forzado.
La zona superior, que cumple las funciones de comedor, consta de dos salones, uno con mesas para menos comensales más casual; el otro más elegante se presta para cenas y eventos menos cotidianos. Ambos están orientados a la calle Caracas con grandes ventanales.
El patio, cerrado pero bien luminoso, es el ambiente adecuado para reuniones a media tarde con los compañeros de trabajo, un aperitivo o una comida ligera. Ladrillo visto, lámparas de filamentos incandescentes y mobiliario colonial son sus bazas para crear un espacio único, acogedor.
Por último, Random cuenta con un club exclusivo, Anónimo Club, al cual se accede con contraseña, por lo que la intimidad y la exclusividad de los clientes está asegurada. Grandes sofás y un ambiente lujoso pero sin caer en pretensiones para que puedas disfrutar de su coctelería.
LA CARTA DE RANDOM
En cuanto pruebes su cocina descubrirás que tiene un aire fresco, pero sin perder el norte ni caer en modas, si bien sigue las tendencias que imperan. Amplia carta de entrantes con preparaciones tradicionales como unos callos a platos más innovadores como el tartar de pez mantequilla.
En los principales, la carta se vuelve más breve pero no por ello de menor calidad: 6 platos de pescado y otros tantos de carne con preparaciones arriesgadas y platos clásicos pero efectivos. No en vano se definen como «la cocina de tu abuela y tu madre sacada a pasear por Londres y Nueva York».
Encontrarás inspiración de allende los mares: Korea, con su bulgogi de lomo bajo con ensalada de encurtidos; México a través del huitlacoche,… pero se ve una fuerte influencia en la cocina casera que podrías reconocer en tu familia: desde un guiso de pollo de corral, pasando por croquetas «de las nuestras» o incluso un ciervo estofado con puré de castañas.
Con una carta así no te sientes perdido en explicaciones ni en ingredientes estrambóticos (bueno, sólo he tenido que ver qué era el huitlacoche antes de escribir esta entrada), es un compendio de platos en los que, al igual que el local, te sientes cómodo recorriéndolo. Y si tienes dudas, tranquilo, que te aconsejarán bien.
En los postres también la creatividad del equipo de cocina se nota, fruto de ello surge el Marshmallow de fruta de la pasión. Notarás una fuerte influencia italiana en este campo cuando veas que incluyen en su carta un tartufo negro, panna cotta de tonka o diferentes helados caseros. Por supuesto, no hace falta terminar la comida con postres elaborados y tienes la opción de recurrir a una sencilla ensalada de frutas o un café bombón, pero si eres goloso puedes perderte entre su tarta de zanahoria o la mousse de chocolate.
Y es que con este equipazo no puedes esperar otra cosa: Dani Rodríguez (El Bulli, Aqua Nueva, Pizarro, Hispania London) como jefe de cocina realiza un tándem excepcional con Juan Rioja (encargado de la apertura de otros restaurantes como Le Cocó y El Columpio, este último enfrente de Random), comandados por Esteban Arnáiz y Aynara Menchaca (Le Cocó y El Columpio) como mentes pensantes del concepto Random. Además, su personal al pie del cañón es muy atento y competente, se conoce bien la carta y acierta con las recomendaciones.
Los precios me han parecido bastante correctos teniendo en cuenta la zona en la que el restaurante está situado, saliendo a una media de 34 por persona incluyendo un entrante, principal y postre, si bien hay platos excepcionales como el Bacalao negro o el Bulgogi de lomo bajo. Te prometo que quedamos satisfechos a todos los niveles, puesto que no se busca avasallar al comensal con sabores de los que pueda cansarse al tercer bocado, y te deja con ese puntito de curiosidad… ¿qué vendrá ahora? Sin duda, es la mejor estrategia para enganchar a la gente y que repita.
PROBAMOS
Tras ojear la carta elegimos los entrantes con los consejos del personal: tartar de pez mantequilla y camarón frito con aliño de mostaza y sumae, y mi-cuit de foie con semillas y salsa de regaliz. Mientras esperábamos impacientes, un servicio de pan variado (centeno, blanco y semillas) con una mantequilla aromatizada con sésamo hizo las delicias de nuestra mesa.
En el primer plato sin duda se notaba la diferencia de texturas y sabores; sabor delicado que se fundía en la boca contrastado con la intensidad del camarón que, aunque la comparación te suene pobre, se me asemejaba a una especie torrezno marino. Un plato sin duda preparado con mimo y en el momento, que no atiende a antelaciones, cuidando la materia prima.
El mi-cuit, con una presentación deslumbrante, se me hace muy apropiado para que lo compartas con el resto de la mesa. Una vez más, el juego de texturas viene dado por un recubrimiento de semillas y alguna frutilla que viene decorando el plato. La salsa de regaliz resulta como el bajo en una canción de rock: aparentemente su presencia no es predominante, pero si falta, lo notas.
En los principales arriesgué con el botillo de mar, y también probé el secreto ibérico con gratín y salsa de higos. El botillo, aunque es posible que le falte pulir un poco el sabor, queda equilibrado con la cama de lombarda, crujiente y sabrosa. Resulta una original presentación para aprovechar los arreglos de los otros pescados que aparecen en su carta: bacalao, mero, merluza y chipirón. Todo lo que se recorta de la materia prima y no se puede emplear por tamaño se pica, se aliña con los condimentos de un embutido cárnico tradicional y se embute en tripa comestible como si fuera un botillo de toda la vida. Se sirve al momento un fumet sobre el plato que reaviva ese sabor a mar que te enganchará.
Te gustará si te gustan los guisos de pescado contundentes, especiados, pero quieres verlos desde otra perspectiva. Y es que una cocina sorprendente, que divierte, alimenta también a la mente.
El secreto, con un gratín de patatas sencillo pero conquistador, resultó también delicioso gracias a la combinación con una salsa de higos delicada; para mi gusto hubiera dejado la carne un poco menos hecha, pero seguro que podrías echarle (con razón) la culpa a mi carnivorismo.
Para los postres optamos por preparaciones ligeras, ya que sinceramente, estábamos ahítos. Una opción en estos casos es recurrir a un sorbete como el de lima con gel de gin tonic, presentado con frutos rojos. Si buscas un fin de comida placentero y refrescante, no te lo pienses porque merece la pena.
En mi caso, y fuera de carta, el marshmallow de fruta de la pasión con salsa de violetas puso el broche a una cena muy especial. El fondo de fruta de la pasión se intuía entre los cristales y salsa de violeta, uno de mis dulces favoritos, de una forma muy armoniosa; si bien la textura del postre podría ser un punto más esponjosa, me convenció ampliamente. Te recomiendo este plato tan divertido y espontáneo si eres de compartir postre con tu pareja.
Por último, no dejes de pasarte por su coctelería, ya no sólo por la belleza y el ambiente del Anónimo Club. Su carta te satisfará también si prefieres los tragos no alcohólicos y promete dejar el listón muy alto a una velada llena de frescura y elegancia. Y si todavía tienes algún capricho salado, no te preocupes, también tienen pequeños bocados para acompañar tu bebida, con el mismo corte de cocina tradicional renovada.
+ INFO DE RANDOM
Nombre restaurante: Random
Dirección: Calle Caracas, 21 – 28010 Madrid
Tel.: 91 410 92 50
Tipo de cocina: Mercado, tradicional y de vanguardia con el toque personal del chef
Días de apertura: De lunes a viernes y fines de semana
Cierra: No
Horario: L-V de 13,30 a 00,00 horas ininterrumpidamente y hasta las 00,30 horas el fin de semana
Te lo ponemos fácil con Google Maps: Cómo llegar
Precio medio: ¢¢-¢¢¢
Forma de pago: Tarjeta/Efectivo
Reservas: Pagina web