Con motivo de la festividad de Sant Jordi, hemos escarbado en nuestros cajones de las recetas y hemos encontrado una que se puede adaptar perfectamente a esta fiesta tan querida por los catalanes, ya que utilizaremos uno de sus emblemas gastronómicos, como es la escalivada.
“Escalivar” es un verbo catalán que significa “cocer al calor o rescoldo” de un fuego, “caliu” en catalán. No es lo mismo que hacerlo a la parrilla o a la barbacoa, ya que se procura siempre la ausencia de llama.
Es evidente que, por desgracia, no todos disponemos de una lumbre en la que arrimar al ascua nuestras verduras. La alternativa, si tenemos tiempo y paciencia, es hacerlas en el horno, pero simplificaremos todavía más el procedimiento haciéndolas en el microondas. Ni que decir tiene que con esto perderemos ese valor añadido (que para mí es como un ingrediente más) que nos aporta el sabor de la leña, o incluso el que le da la lenta cocción en el horno, pero os aseguro que también nos saldrá rico y ahorraremos mucho de nuestro precioso tiempo.
La técnica del escalivado no se circunscribe a ningún producto en concreto, esto es, podemos escalivar lo que queramos, pimientos, cebollas, berenjenas, tomates… No obstante, para esta receta utilizaremos solo pimientos.
Otro de los motivos por el que hemos elegido esta receta es por la omnipresente presencia de la “senyera”, la bandera catalana, en pasteles y elaboraciones culinarias durante el día de Sant Jordi. Es muy típico, aparte del tradicional intercambio de rosas y libros entre las parejas, ver representado de alguna manera el emblema catalán en todo tipo de platos. Con los ingredientes principales de nuestro plato, también podremos hacerle un guiño.
Y vamos a ponernos manos a la obra. O, como dicen en Catalunya… Anem per feina!
ESCALIVADA DE PIMIENTOS CON BACALAO MARINADO
INGREDIENTES
- Un lomo de bacalao limpio de espinas
- Sal y azúcar (en la misma proporción, como un kilo de cada aproximadamente)
- Tres pimientos rojos, carnosos
- AOVE (Aceite Oliva Virgen Extra)
- Unas láminas de ajo
ELABORACIÓN
Empieza por preparar el bacalao, que es lo que nos entretendrá un poco más, así que ve a tu pescadería de confianza y pídele que de un buen bacalao fresco te saque los lomos limpios de espinas. Aún así, repasa luego con unas pinzas para eliminar desagradables sorpresas al comerlo luego.
Pesa el lomo. Más o menos en la misma proporción del peso, habrás de preparar una mezcla de sal y azúcar. Aquí puedes tener iniciativa propia y utilizar alguna especia que puede irle bien, como un poco de pimentón, un poco de curry de Madrás (una cucharadita será suficiente) o incluso utilizar una sal especial ahumada. ¡A tu gusto!
Una vez que tengas la mezcla preparada, entierra el lomo en ella. Procura que sea un trozo homogéneo, porque la parte más fina se marinará en menos tiempo que la más gruesa. Así, un lomo alto tardará unas 10-12 horas, mientras que si es bajo y fino, en 6 u 8 estará listo.
Una vez pasado el tiempo, lo sacas, lo lavas y lo puedes cortar en tiras finas, tumbando un poco el cuchillo y en sentido contrario al que van las lascas de la carne del pescado, para evitar que se desmigue demasiado. Es un proceso similar al que utilizamos para marinar el salmón en otra receta que ya publicamos, ¿recuerdas?
Con esto, ya tenemos lista la primera parte.
La siguiente es aún más sencilla. Vamos a ahorrar tiempo y dinero porque lo vamos a preparar en el microondas. Que sí, que te digo yo que se puede y sale muy rico. Pero si no te fías, ya te he comentado que puedes hacerlo en el horno, lo que te llevará como una hora, aparte de tener la precaución de tapar el recipiente con papel de aluminio. El proceso es el mismo, hay que embadurnar de aceite los pimientos lavados y secos, pero en el micro lo tapas con film transparente, lo pinchas un par de veces y lo pones unos 15 minutos a potencia máxima.
Lo del tiempo en los microondas es orientativo, porque cada horno es un mundo y según la potencia tardan más o menos. Vigila el tuyo. Si en 15 minutos está aún firme la carne del pimiento le añadiremos cinco minutos más, hasta que veamos que la carne está tierna. No los destapes al terminar en cualquiera de los dos casos. Déjalos enfriar tapados. Soltarán todo el jugo y, además de no quemarte al limpiarlos, se pelarán mucho mejor en frío.
Una vez que los peles, con la mano, corta tiras del pimiento. No me gusta usar el cuchillo. Queda mucho mejor en trozos desiguales. Más “rústico” y casero. Les puedes poner un poco de sal, y si quieres aliñarlos con unas láminas de ajo, un poco de AOVE o incluso con algo de comino. Yo, para servirlos con el bacalao, los prefiero más al natural.
Coge una rebanada de un buen pan. La puedes tostar un poco, para que aguante mejor. Ahora vamos a ser un poco artísticos y pondremos una tira de pimiento y otra de bacalao, simulando (como dijimos) la posición y los colores de la «senyera». Rocíale un poco de AOVE por encima y… Uff!! Se me hace la boca agua de pensarlo. Quedará muy vistoso, y no te digo lo rico que está.
Si quieres poner más detalles, se puede culminar con un toque de tapenade de aceitunas negras, que le aporta aún más sabor.