¿Unos canelones de aprovechamiento? Pues sí. Hace poco, en este mismo blog, Ada Parellada nos hacía partícipes de su preocupación por minimizar uno de los males endémicos del llamado Primer Mundo, esto es, el derroche de alimentos.
Es lamentable la cantidad de excedentes perfectamente comestibles que van directos a la basura, ya sea en supermercados, restaurantes o en nuestros propios hogares.
Nuestras abuelas fueron unas adelantadas en algo que no debería ser un arte, sino una costumbre: el aprovechamiento de la comida que nos sobra, o cómo ingeniárselas para combinar las “sobras” para elaborar nuevos platos y contribuir a ese goteo de comida que se tira sin pensar.
De hecho, nuestra gastronomía está llena de maravillosos platos hechos a base de restos, como podrían ser las migas, la “ropa vieja”, etc…
Soy una entusiasta de esta técnica heredada de nuestros mayores, de improvisar comidas con los restos que languidecen en la nevera o en la alacena y que muchas veces acaban en el cubo de la basura. De hecho uno de mis “hashtags” más usados en mi galería de Instagram es #ConLoQueHabíaPorCasa. Te puedes dar una vuelta y usar ideas para elaborar esos platos si os quedan restos de comida o “pizcas” que, por sí solas, tienen poca salida.
Te sorprenderá como la mayoría de las veces la unión de esos restos cobran un nuevo y riquísimo sentido en un nuevo plato. Y el placer es doble, ya que al placer de degustar uno de esos “platos de aprovechamiento” se unirá la satisfacción de contribuir, en la medida de nuestras posibilidades, a paliar esa sangría de alimentos que desperdiciamos de la que nos hablaba Ada Parellada.
Uno de los platos de los que más provecho saco es el cocido. Es impresionante la cantidad de variantes que se pueden cocinar con todo el arreglo que sale de ese plato emblemático de nuestra gastronomía.
También decirte que actúo con previsión, y mis cocidos ya tienen vocación de ir “más allá”, y servir de base para nuevas recetas, para exprimirlo a conciencia. Ya empiezo cocinándolo con restos de carne, como puntas de costillas, huesos de muslos de pollo deshuesados en otro momento y que nunca tiro, jamón, ternera, pavo, verduras, garbanzos, morcillas… En fin, un buen fondo para un caldo que queda concentrado de sabor, tan blanco como el de mi abuela y cuyo olor ya alimenta…
En fin, voy al grano. De esta gran olla saco muchas comidas diferentes, como pueden ser purés, arroz al horno, las siempre agradecidas croquetas y, por supuesto, estos canelones, que son facilísimos de hacer y una delicia para nuestro paladar, y que nos demuestran que con interés y cariño podemos seguir comiendo bien sin desperdiciar nada. Y ahora, a ponerse el delantal… y manos a la obra.
INGREDIENTES DE CANELONES DE APROVECHAMIENTO
• Restos de carne de cocido (o de tu olla en particular)
• Un puerro y una cebolla
• Salsa de tomate frito
• Una lata de foie gras
• Un trozo de queso (del que tengas o mozzarella o queso para fundir)
Salsa Bechamel
• 120 gr de harina
• 300 ml de caldo del cocido (o de tu olla)
• 500 ml de leche
• Tres o cuatro cucharadas de salsa de tomate
• 50 gr de mantequilla
• 2 cucharadas de Aceite de Oliva
• Sal y nuez moscada
• Cebolla muy picada
ELABORACIÓN
Prepara la bechamel. Si dispones de un robot de cocina como puede ser la Thermomix, te facilitará la labor, pero si no, te explico cómo la hago yo.
Sofríe la cebolla muy, pero que muy picadita. Cuando está casi transparente, añádele la mantequilla, y posteriormente la harina, removiendo bien hasta que veas que cambia a un color más oscuro y tostado. Es el momento de añadir el caldo y la leche (si los pones calientes, se tarda menos).
Cuando la crema ya está espesita y sin grumos (con una batidora desaparecen), añade el tomate (¡me encanta ver un color más vivo y no una bechamel blanca, aunque esto ya dependerá de vuestros gustos particulares). Personalmente, la encuentro más sabrosa así.
Rectifica de sal y añade un poquito de nuez moscada.
Vamos ahora con el relleno.
Con unos 200 gramos de carne de cocido deshuesada y picada (yo suelo hacerlo con unas tijeras) tendremos suficiente.
Pon un poco de aceite en una sartén y pica finamente un puerro o una cebolla. Mézclalos con la carne de cocido y añade la lata de foie gras.
Remueve e incorpora el tomate frito y un poco de la salsa bechamel.
Remueve todo bien y rellena con la masa resultante las placas de pasta para canelones (unas hay que cocerlas, otras solo remojaras, e incluso las podemos elaborar nosotros, depende de la prisa que tengamos). Echa en las placas una cucharada de la mezcla y las ve liando, colocándolas en una placa de horno cuyo fondo habremos cubierto previamente con un poco más de bechamel.
Cuando hayas rellenado todos los canelones y tengas la placa llena, cúbrelos con el resto de la bechamel y les pones queso por encima. Como hemos hablado de la campaña de Ada, “Recómeme, demasiado bueno para tirarlo», puedes aprovechar un trozo de ese queso duro que languidece en tu nevera, bien picado y espolvoreado por encima de nuestros canelones. Si además añades unos trozos de mozzarella, quedará impresionante.
Si te ha sobrado mucha carne, puedes elaborar una lasaña en lugar de los canelones. El relleno es el mismo, solo que alternaremos placas de pasta con el relleno, para finalizar igualmente con la bechamel y el queso.
Lleva los canelones al horno durante 30 minutos, usa el grill para dorar el queso… ¡y a la mesa!
Un plato riquísimo, elaborado con esas “sobras” que hubieran ido a la basura, y que como comentábamos más arriba nos hará sentirnos especialmente satisfechos.
Espero que esta receta te guste y te ayude a aprovechar los excedentes de tu cocina.