Cerca de mi casa, los domingos por la mañana, el Mercado de Pagés Parc de Torreblanca me ofrece la oportunidad de comprar buena verdura y hortalizas y Tomate rosa de Barbastro de vicio.
Una de las paradas es de una pareja de pageses que tienen una selección de tomates brutales: cherry, pera, tomate pimiento, corazón de buey, raf, de colgar …. lo que quieras, lo encuentras.
Y hoy te traigo una receta supér fácil, básica diría yo, donde la mezcla de sabores del Tomate rosa de Barbastro, la rúcula y el atún, dan como resultado un festival de aromas y sabores deliciosos.
RECETA DE TOMATE Y ATÚN
INGREDIENTES:
- 1 tomate rosa de Barbastro grande y maduro
- 1 lata de atún o bonito, el que más te guste
- Rodajas de cebolla cortadas muy finas
- Unas piparras en vinagre cortadas en trocitos
- Rúcula o canónigos para decorar
- Escamas de sal
- Un buen chorro de AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra)
PREPARACIÓN
- Lava el tomate bien
- Córtalo por la mitad
- Coloca encima unas rodajas de cebolla, el atún, las piparras, la rúcula o los canónigos
- Aliña bien con sal y AOVE
SOBRE EL TOMATE ROSA DE BARBASTRO
El tomate rosa de Barbastro está considerado como uno de los mejores del mundo y no hay restaurante que se precie que, en época, no tenga una cesta en su despensa.
Suele ser hermoso a la vista, de color rosáceo, piel muy fina, muy aromático, pulpa suave y compacta, y una vez lo pruebas, su sabor te conquista para siempre.
Originariamente se cultivan de manera artesanal y natural en la comarca del Somontano, siguiendo una tradición milenaria facilitada por la tupida red de acequias de herencia árabe que riegan la Gran Huerta de Barbastro (Huesca),
En el Somontano se siembran el día 2 de febrero coincidiendo con el día de las Candelas, una fecha que en Barbastro se la conoce como el Día de la Candelera y tienen la planta al final de la primavera.
Una planta de tomate normal tiene un rendimiento de unos 25 kilos por temporada, el Tomate Rosa de Barbastro no produce nunca más de 5 kilos y la temporada de recolección no excede nunca los cinco meses, contando con la benignidad meteorológica.