Si no has probado las torrijas manchegas, tienes que probar nuestra receta. Es hincarle el diente y saborear leche cuajada con una suave infusión de varios aromas.
Te aviso que son adictivas y que vas a querer repetir una y otra vez. Pero, ¿por qué resistirnos a hacer torrijas sólo en Semana Santa y no poder disfrutar de ellas de vez en cuando para merendar?.
Quizás sea ¿porque estos días son los últimos para llevar a nuestro cuerpo a pecar golosamente para después entregarnos a una dieta y prepararnos para el verano?
Déjate de tonterías, las torrijas manchegas se pueden comer en cualquier momento y cuanto más cariño le pongas y no te pases en cantidades, puede ser una deliciosa manera de empezar el día.
PREPARA ANTES DE COMENZAR
- Una fuente ancha para colocar la leche infusionada y mojar las rebanadas
- Un plato liso grande con papel absorbente para escurrir
- Un plato con una mezcla de azúcar y canela al gusto para poder rebozar cada torrija
INGREDIENTES PARA HACER LAS MEJORES TORRIJAS MANCHEGAS
- 1 l. de leche entera
- Pan de barra entera, de uno o dos días antes
- 6 huevos
- Azúcar
- Canela (en polvo y en rama)
- Pimienta Sechuán
- La piel de un limón
- Un sobre de azúcar vainillada
- Aceite de girasol o de oliva suave
- Miel (opcional por si quieres almíbar)
- Ron
PREPARACIÓN DE LAS TORRIJAS MANCHEGAS
- Lava bien un limón y una naranja para quitarles la cáscara y utilizarlas para aromatizar la leche
- Coloca en un cazo, junto a una ramita de canela, el azúcar de vainilla, pimienta de Sechuán y el azúcar. Calienta y remueve para que la leche se vaya infusionando
- Cuando hayas conseguido que esté bien caliente y sin que llegue a hervir, retira, cuela y deja enfriar en una fuente ancha donde puedas mojar el pan
- Corta rebanadas de un par de dedos de ancho, para que al mojarlas con la leche no se rompan
- Empapa bien con la mezcla de leche y escurre. Reboza con huevo batido
- Añade de una en una sin que te salpique en una sartén con abundante aceite de girasol bien caliente, sólo vuelta y vuelta para conseguir ese color dorado y tostado, sin que lleguen a quemar
- Antes de que se enfríen del todo, reboza en azúcar mezclada con canela (la mezcla se tiene que ver oscura).
El resultado es una torrija consistente, jugosa, aromática, sabrosa y hechizante que puede llevarte al lado oscuro si no paras a tiempo, pero que merece su prueba para tocar el cielo con un mordisco.
SUGERENCIAS
- Si eres muy goloso, puedes preparar un almíbar para cubrir ligeramente cada torrija. Para ello solo tienes que rebajar la miel con un poco de agua
- Si quieres darle un toque especial a la leche, añade un chorro generoso de ron. Déjalo hervir, perderá el alcohol, pero el aroma y el sabor que le quedará junto a la canela y la piel de limón, naranja, la pimienta de Sechuán, es de nota altísima
- Y para rematar, si quieres pecar del todo, ¿qué te parece si lo sirves con una bola de helado de vainilla o leche merengada?