Descubrimos Kilómetros de Pizza en nuestro último viaje a Madrid. Suelo coger la última semana de Junio y principios de Julio para poder estar con mi hija Marina desde que acaba el curso hasta que empieza algún campamento de verano. Al tener casa en la capital es fácil decidir cuando queremos hacer viaje de chicas y más aún cuando nos llevamos a una de sus amigas. Nos adentramos en la sabana africana madrileña a 39-40º C de calor por la mañana y a 35-36º C por la tarde-noche. Todo un suplicio que espero no volver a pasar, sino es con aire acondicionado.
Si llegamos un sábado por la noche, el lunes de la semana siguiente quedé con mi amiga Elena (Las cosas de Cósima) para cenar con las niñas en Kilómetros de Pizza, un local que me comentó que me iba a gustar, no sólo por la comida sino por la decoración y la calidad de su producto.
Al equivocarme en una de las salidas, el navegador del coche me llevó por donde quiso y llegué tarde. Pensé que siendo un lunes por la noche, no tenía que ser complicado porque suelen ser tranquilos y mucho más en una zona residencial, donde hay muchas familias que seguramente, estarían de vacaciones. Bien, pues eso es lo que pensamos todos los que aparecimos por allí, nosotras con reserva y otros sin ella, en cuestión de media hora no quedaba ninguna mesa libre.
Kilómetros de Pizza
Y así empieza mi experiencia en el segundo local que los dueños de Kilómetros de Pizza apostaron por abrir en el barrio de Las Tablas el pasado mes de Julio, dentro del barrio de Valverde formando parte del distrito de Fuencarral-El Pardo. El primero, situado en la Avda. Brasil de Madrid, lleva tres años a pleno rendimiento, así que decidieron buscar una zona fuera de la capital donde poder seguir con el «boom de la pizza gourmet».
Kilómetros de Pizza debe su nombre a la suma de los metros de pizza que salen de su horno y prueba de ello es, el contador en la cabecera de la cocina a vista que va registrando cada paso de pizza. No se para nunca y cada vez que se llega a un nuevo kilómetro, en el restaurante anuncia que puede pasar de todo: desde que inviten a todo el que haya en el local en ese momento o que tengan preparada una actuación especial. El concepto me parece diferente, fantástico y muy divertido.
El local es amplio muy luminoso y con decoración muy fresca. Tiene cocina a la vista y el horno más grande de Europa donde el manchego Jesús Marquina, cuatro veces Campeón del mundo de la pizza elabora junto a su equipo de manera artesanal la masas de las pizzas, utilizando harinas especiales de alta calidad que se importan desde Italia. Todo se prepara en la cocina del restaurante, incluyendo la fermentación que sigue un proceso muy controlado entre 24 y 96 horas lo que hace que debilita el gluten y no es tan difícil su digestión.
La carta
Me pareció correcta y directa, sin irse por otros derroteros y complicarse la vida. Ocho platos que se pueden pedir como antesala antes de echar mano a cualquiera de las quince variedades de pizza y con la particularidad de los tamaños, ya que pueden ser de paso (aprox. 25 cm), medio metro, metro y dos metros (pudiendo combinar pizzas). Puedes ver la carta en éste enlace
Entre las diferentes opciones tienes la pizza Margarita, quizás pensando en los más pequeños y otras más suculentas y con carácter castizo como la versión del «Pepito de Solomillo» (Pepito de ternera con una salsa a elegir entre mostaza, chimichurri o gorgonzola), Pizza Greco (Tomates cherry rojos y amarillos, tomate verde confitado, pepino, aceituna negra, menta, queso Cabeza de Monje y salsa de yogur con perdiz), así hasta trece variedades más.
Mientras esperábamos a que nos sirvieran, nos ofrecieron a modo de detalle de bienvenida, un trozo de Pizza con crema de queso para cada una. Unas cañas Mahou, un champú (cerveza con limón) y una botella de agua nos acompañaron.
Escogimos una excepcional Burrata fresca acompañada de tomates cherry y rúcula con aliñada con aceite de albahaca que estaba deliciosa.
Las pizzas fueron dos Margaritas para mis dos chicas que costó acabar y que nos llevamos un par de trozos de ambas para el día siguiente, fantásticas.
Yo me decanté por probar ¡¡Fuás!! Foie crudo en virutas sobre mermelada de higos y aceite de albahaca con granada que te recomiendo probar. La masa es muy fina, crujiente y ligera. Se perciben todos los ingredientes y muy sabrosa.
Y Elena y su hija se pidieron la Pizza La Venta con huevo frito, chorizo y tocino ibérico, inspirada en la pizza Campeona del Mundo.
Después de esta cena, las ganas de postre eran más bien pocas pero como tuvimos problema con los camareros porque iban a todo meter y tardaron un poco en el servicio, nos invitaron a un Couland de chocolate.
El precio me parece más que correcto (93 euros para 5 personas), diría que barato comparando con algunas pizzerías de Tarragona que no tienen a un campeón en su cocina.
Si quieres disfrutar en grupo de tus amigos y/o de la familia comiendo o cenando una buena pizza, ésta sería una buena recomendación.
Kilómetros de Pizza (Calle Palas del Rey – Esquina Calle Mirallos – Tel.: 91 743 06 93 – Página web)