¡Ah, la pizza! Ese delicioso invento que ha conquistado corazones y estómagos a lo largo de todo el mundo. Pero, ¿sabías que no es un invento moderno? La historia de la pizza se remonta a los antiguos romanos, esos maromos que se dedicaban a conquistar medio mundo y construir acueductos y calzadas.
Los legionarios la disfrutaban como un pan plano con queso y otros ingredientes, aunque, sorpresa, ¡no llevaba tomate! Normal, piensa que este delicioso fruto no llegó a Europa hasta después de la conquista de América.
Así que si crees que la pizza siempre ha tenido salsa de tomate, mejor ajusta tu máquina del tiempo gastro (y con esto ya pasamos de explicar por qué la pizza con piña, no es una pizza tradicional). La historia de la pizza nos muestra que sus orígenes son más antiguos y variados de lo que solemos imaginar.
Ahora, en Italia y más allá, hay tantos estilos que podríamos pasarnos todo el día nombrándolos al más puro estilo Buba en Forrest Gummp. Pero, para no hacerte bostezar más que en una siesta post-pizza, aquí van algunas de las más icónicas. En este recorrido por la historia de la pizza, exploraremos cómo cada región ha adaptado este platillo a sus gustos y tradiciones.
RECORREMOS LA HISTORIA DE LA PIZZA
Pizza Napolitana: la reina del Mediterráneo
Empezamos por la pizza napolitana, la madre de todas las pizzas. Originaria de Nápoles, esta joya de la cocina italiana es la pizza que viene a la mente cuando alguien dice ‘pizza’.
La historia de la pizza no estaría completa sin destacar este estilo, cuya masa destaca por ser suave y elástica, con un borde dorado bien hinchado y aireado, conocido como ‘cornicione’. La masa se elabora con harina tipo 00, súper fina y presenta una hidratación alta, alrededor del 65-70%.
En cuanto a sus ingredientes tradicionales, predomina la salsa de tomate San Marzano (típico de la zona), mozzarella de búfala, albahaca fresca y un chorrito de aceite de oliva. Todo esto se hornea en un horno de leña a temperaturas infernales durante apenas 90 segundos.
Pizza Romana: fina y crujiente
La pizza romana es la antítesis de la napolitana. Es menos elástica, apenas tiene borde y el tomate y los ingredientes se extienden por toda la pizza, presentando una masa tostada y crujiente, que se logra añadiendo aceite de oliva a la masa, siendo esta la principal diferencia con la pizza napolitana.
Se elabora también con harina tipo 00, pero con menos agua, además, presenta una menor hidratación que la napolitana, alrededor del 55-60%.
En lo relativo a los ingredientes típicos de esta pizza, aunque varían, una opción clásica es la ‘Pizza Margherita’, pero con menos salsa de tomate y más crujiente.
Pizza al Taglio: un trozo de Roma en cada mordisco
Si alguna vez te paseas por las calles de Roma y ves una pizzería con una bandeja enorme de pizza cuadrada, ¡eso es pizza al taglio!
La masa de esta pizza es gruesa y aireada, similar a la focaccia, con una masa elaborada con harina tipo 00 mezclada con harina de sémola y una hidratación alta, alrededor del 75-80%.
En lo referente a los ingredientes típicos varían según la tienda, pero pueden incluir desde patatas y romero hasta mortadela y pistachos. Se vende por peso, así que puedes probar varios sabores sin entrar en bancarrota.
Sfincione: el sabor de Sicilia
Desde Sicilia, tenemos el sfincione, una pizza esponjosa y sabrosa que es más una comida de confort que un simple tentempié.
Este tipo de pizza presenta una masa gruesa y esponjosa, elaborada con harina de trigo blando y una hidratación alta, alrededor del 70-75%.
En cuanto a ingredientes tradicionales, vamos a encontrar salsa de tomate, cebolla, anchoas, queso caciocavallo y pan rallado. Sí, pan rallado encima de la pizza. ¡toma ya innovación!
Pinsa: un viaje al pasado
La pinsa es una versión moderna de la antigua ‘pinsatus’, resucitada por los romanos contemporáneos con un giro gourmet.
La masa de esta pizza es aireada y ligera, elaborada con una mezcla de harina de trigo, arroz y soja y una hidratación muy alta, alrededor del 80-85%.
Los ingredientes tradicionales varían ampliamente, pero se suelen usar ingredientes frescos y de alta calidad y como diferencia al resto, se cocina a una temperatura más baja que la pizza tradicional.
Pizza estilo Chicago: una tarta que se come
Saltamos el charco hasta Chicago, donde la pizza se vuelve más profunda, literalmente. La pizza estilo Chicago es más una tarta que una pizza plana, que cuenta con una masa gruesa y mantequillosa, elaborada con harina de trigo enriquecida con un toque de harina de maíz y una hidratación moderada, alrededor del 60%.
Si pensamos en sus ingredientes tradicionales, destacan las capas y capas de queso mozzarella, salchicha italiana, champiñones, pimientos verdes y, por supuesto, una capa gruesa de salsa de tomate por encima. Se hornea en un molde profundo, lo que le da su forma de tarta.
Pizza Neoyorquina: una porción para gobernarlos a todos
En la Gran Manzana, la pizza se sirve por porciones gigantes. La pizza neoyorquina es una delicia delgada, chorreante y crujiente, perfecta para comer sobre la marcha.
Su masa es delgada y crujiente en el fondo, pero suave y flexible en el centro y se elabora con harina de trigo de alta proteína y una hidratación de baja a moderada, alrededor del 60-65%.
En cuanto a los ingredientes típicos, vamos a encontrar la salsa de tomate, queso mozzarella y a menudo solo pepperoni. Pero la belleza de la pizza de Nueva York es que puedes encontrar una variedad infinita de coberturas.
Pizza argentina: más que tango y fútbol
En Argentina, la pizza tiene su propia identidad. La pizza argentina es una fusión de influencias italianas y locales, con una masa gruesa y esponjosa, casi como un pan. Su masa se elabora con harina de trigo común de alta hidratación, alrededor del 70-75%.
Sus ingredientes tradicionales son, la salsa de tomate, mucho queso (a veces mezclado con un queso argentino llamado ‘muzzarella’), jamón, aceitunas y pimientos. También es común la ‘fugazza’, una pizza sin salsa con cebolla y orégano.
Y no olvidemos la Pizza Frita y el Calzone
Antes de cerrar el horno, no podemos olvidar mencionar la frita y el calzone
La pizza frita es una especialidad napolitana que lleva la masa rellena de ingredientes como ricotta, ciccoli (un tipo de cerdo curado) y tomate, y luego se fríe hasta alcanzar una perfección crujiente por fuera y suave por dentro. ¡Una auténtica bomba de sabor!
El calzone, por otro lado, es la prima hermana de la pizza, pero en formato empanada. Originario de la misma Nápoles, se rellena con queso, jamón, tomate y, a veces, verduras, y se hornea hasta dorarse. Perfecto para llevar y comer sin preocuparse por la salsa que se derrama.
¡Y muchos más!
Estos son solo algunos de los estilos de pizza que puedes encontrar en tu aventura gastronómica. La pizza, con su versatilidad y capacidad de adaptarse a diferentes ingredientes y métodos de preparación, continúa evolucionando. Así que la próxima vez que te sientes a disfrutar una porción, recuerda que estás saboreando siglos de historia, innovación y, sobre todo, mucho amor por la comida.
